☕La Piedra de la Locura


Esta entrada participa en el blog de narrativa científica cafehypatia.wordpress.com en la convocatoria de relatos #PVneurodiversa de los #polivulgadores de @hypatiacafe de 15 de abril de 2024.



Jose Luis Sampedro Ruiz


No hay mortal que sea cuerdo a todas horas.

Plinio el Viejo 

Las enfermedades mentales son dolencias que impactan en el pensamiento, los sentimientos, el estado de ánimo y el comportamiento de una persona. Pueden ser ocasionales o crónicas y afectan a la capacidad de relacionarse con los demás y en el funcionamiento personal del día a día. Las hay de distintos tipos, aunque muchas veces tendemos a colocarlas en el mismo saco. Así, existen trastornos de ansiedad (fobias, TOC´s…), del estado de ánimo (depresión, bipolaridad…), de la alimentación (anorexia, bulimia, vigorexia…), de la personalidad (narcisismo…), de estrés postraumático, trastornos psicóticos, etc. Sus causas pueden ser factores genéticos, biológicos, lesiones cerebrales, experiencias traumáticas en la vida, exposición prenatal a virus o productos químicos, consumo de drogas… En fin, muchas y variadas. A veces su diagnóstico no es sencillo, es necesario conocer la historia clínica, realizar evaluaciones psicológicas y exámenes físicos. Además, el tratamiento varía según la disfunción y puede incluir terapia y medicación. Sin olvidar el apoyo familiar, social y la educación.

Afortunadamente en este aspecto vamos progresando, muy lentamente, es cierto, pero en la buena dirección. Aunque la salud mental sigue siendo un tema delicado, rodeado de misterio y prejuicios. La vergüenza se convierte en una barrera y muchos ocultan su condición incluso a sus seres queridos. La sociedad tiende a tratar de manera distinta a quienes sufren enfermedades mentales, perpetuando la idea de que son ‘diferentes’. Si no hay problema en ir al especialista cuando se padece de un catarro, un dolor de muelas o te rompes un brazo, ir a uno para que te trate un trastorno psicológico no debería ser distinto. La salud física y mental van de la mano. Quien esto escribe no tiene problema en confesar que en determinadas etapas de su vida ha tenido que recurrir a terapia y pastillitas mágicas, siempre bajo supervisión médica por supuesto, para salir del pozo en el que poco a poco se estaba hundiendo. La Química nos puede ayudar, recuerda. Sin embargo, hoy no voy a enfocar esta colaboración desde este punto de vista. Y el primer sorprendido soy yo, no creas 😉.

Es fundamental cambiar la narrativa en torno a la salud mental. La educación y la sensibilización son esenciales. Debemos comprender que estas dolencias no son diferentes de las físicas. Ambas requieren atención y apoyo. Al hablar abiertamente, desafiamos el tabú y fomentamos la empatía.

Muy desafortunadamente no siempre ha sido así. Quizá te vienen a la memoria esos manicomios que existían hasta mediados del siglo pasado, o más recientemente incluso. Hay películas y documentales, que han mostrado esos horrores. Lugares más propios de sádicos e infaustos campos de concentración en donde se experimentaba de forma cruel e inhumana.

Hoy no voy hablar de eso, no soy especialista. Quiero ir más atrás en el tiempo: a la misteriosa y fascinante Edad Media. Y contarte una historia.

En los oscuros pasajes de la Edad Media, la mente humana era un territorio inexplorado, lleno de misterios y supersticiones. La gente temía a lo desconocido y buscaba explicaciones sobrenaturales para los fenómenos que no entendían. Entre las muchas leyendas que han sobrevivido a través de los siglos, una de las más intrigantes es la de la Piedra de la Locura.

Se convirtió en una explicación fácil para enfermedades mentales o comportamientos extraños, ya que permitía a la gente atribuirlos a una fuerza externa y maligna. Como casi todo en esa época, por otra parte.

Desde la Antigüedad este padecimiento era visto como un castigo de los dioses. Ante la inutilidad de la razón para explicar este mal, con el pensamiento escolástico medieval se le estigmatizó.

Esto no detuvo los intentos de curación. A las bravas.

La trepanación es una práctica quirúrgica realizada desde la Prehistoria para ‘curar’ traumatismos craneales, epilepsias, cefaleas y enfermedades psiquiátricas, pero también con una finalidad mágico-religiosa, para expulsar los espíritus malignos causantes de enfermedades mentales.

En la novela «Sinuhé, el Egipcio» se describe con detalle la figura del trepanador, la técnica de trepanación y el instrumental necesario.

El extraordinario médico y filósofo persa Al-Razi (siglo IX), gran conocedor de la medicina griega a la que realizó aportes sustanciales a partir de sus propias observaciones, mencionó esta operación en sus escritos. Este erudito escribió uno de los primeros tratados de psicología y psiquiatría. Y se interesó también por la neurología. Fue uno de los grandes pensadores del Islam y su influencia en la medicina y la ciencia europea fue enorme.

¿Pero qué era esta Piedra de la Locura? Según los testimonios escritos de la época, se creía que los locos albergaban una piedra en sus cabezas. Para liberarlos de su irracionalidad, se practicaba la trepanación. La piedra, invisible pero opresiva, se extraía quirúrgicamente🤷🏼‍♂️ . Que casi mejor quedarse como estabas que someterse a ‘eso’ (Virgencita, Virgencita…).

A lo largo de la Historia ha sido representada de diversas formas en el arte y la literatura medieval. En las ilustraciones de manuscritos antiguos se la muestra como una piedra negra rodeada de sombras y criaturas demoníacas. En los relatos de trovadores y juglares se la describe como un objeto encantado que puede conceder deseos pero a un alto precio.

El término loco era, a fines de la Edad Media, más impreciso que hoy en día. Así se designaba de esta manera a toda aquella persona que tenía una actitud que no correspondía con la regla social establecida y que, por eso mismo, lo convertía en un marginado, más aún, en alguien peligroso. Y pecador, por supuesto.

Este mito, aunque poco representado en el arte de la época, se encuentra en la intersección de la medicina, la neurocirugía y la superstición.

Existe un cuadro, sin embargo, que trata este tema de forma maravillosa. Es obra del genial (en mi modesta opinión) pintor Hieronymus Bosch, El Bosco, conocido por su celebérrimo cuadro «El Jardín de las Delicias«.

Su cuadro nos transporta a un escenario ‘quirúrgico’ medieval. El pintor nos invita a presenciar una práctica inusual: la extirpación de una piedra que supuestamente afectaba la mente humana.

En el centro de la composición, El Bosco traza un círculo. Dentro de este, representa la escena de la extracción. Pero no es una piedra común la que se extrae; es una piedra metafórica, una alegoría de la insensatez. El pintor crea un espejo en el que se refleja la necedad y la locura humanas, revelando la tensión entre la ciencia y la superstición.

El Bosco, con su maestría, nos invita a cuestionar la naturaleza de la cordura y la irracionalidad ¿Acaso la locura reside en una piedra oculta o en los misterios insondables de la mente humana? En la pintura, vemos una especie de cirugía. El paciente, con la cabeza abierta, es sometido a la extirpación de la piedra que afecta su razón. Si tienes curiosidad, puedes leer la interpretación de la simbología de este cuadro. Es fascinante.

Sin embargo, no es el único que muestra esta ‘técnica’ terapéutica. Existen varias obras de pintores, principalmente holandeses, de los siglos XV, XVI y XVII que tratan también de la extracción de la Piedra de la Locura.


La Piedra de la Locura simboliza la búsqueda de la cura para la insensatez y la irracionalidad. Más allá de lo físico, representa la lucha contra los demonios internos, la ignorancia y la confusión mental. En un contexto mucho más amplio, refleja la transición entre la Edad Media y la Edad Moderna. Aunque la operación real puede haber sido cuestionable, como poco, su legado persiste como un símbolo de la lucha contra la oscuridad de la mente humana.

Hoy en día sabemos que la locura no es causada por objetos mágicos, pero esta leyenda sigue siendo seductora por su reflejo de las creencias y temores de la Edad Media. Nos recuerda que, incluso en tiempos de oscuridad y superstición, los seres humanos buscaban comprender el mundo que los rodeaba y encontrar explicaciones para lo inexplicable. Actualmente podemos mirar hacia atrás y sonreír ante estas antiguas supersticiones, pero no podemos evitar sentir un escalofrío al imaginar la angustia y el miedo que inspiraban en aquellos que vivieron en una era donde la magia y lo sobrenatural parecían estar en todas partes.

En la sociedad actual, la salud mental sigue siendo un tema delicado, rodeado de misterio y prejuicios. A pesar de los avances en la comprensión y el tratamiento de las enfermedades mentales, persisten estigmas que dificultan la apertura y la conversación franca sobre este importante aspecto de nuestra vida. Alentemos a las personas a buscar ayuda sin temor.

La salud mental merece la misma atención que cualquier otra área de nuestra salud. Rompamos las barreras, eduquemos y construyamos una sociedad más comprensiva y solidaria.

Hasta aquí el post de hoy. Ojalá hayas disfrutado de su lectura tanto como yo lo he hecho con su escritura. Si así ha sido, compártelo en tus RRSS, por favor. Te agradecería muchísimo un comentario y un Me gusta. No cuesta nada y anima al autor para seguir escribiendo. ¡Y un Ko-fi más aún! 😊☕


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Bonus track: «Madhouse«, ANTHRAX (1985)

Anthrax es una banda estadounidense de Thrash Metal formada en Nueva York en 1981. Está considerado como uno de los grupos principales de la escena thrash junto a Metallica, Megadeth y Slayer, denominados The Big Four.

Esta  canción se publicó en su álbum de 1985 «Spreading the Disease«. La canción aparece en los juegos Grand Theft Auto: Vice City  y en  Guitar Hero II.

El videoclip de la canción fue muy mal acogido y prohibido en MTV pues pensaban que era una burla a los enfermos mentales.


Trapped in this nightmare, I wish I’d wake

As my whole life begins to shake

Four walls surround me, an empty gaze

I can’t find my way out of this maze

Atrapado en esta pesadilla, desearía despertar

Mientras toda mi vida comienza a temblar

Cuatro paredes me rodean, una mirada vacía

No puedo encontrar la salida de este laberinto


Frank Bello (bajista), Charlie Benante (batería), Scott Ian (guitarrista), Joey Belladonna (vocalista), Dan Spitz (guitarrista)

Puedes escuchar esta canción, como todas las que añado como Bonus track en mis posts, en la Playlist del Polizón, pulsando en el botón de abajo. ¡Suscríbete! 🤘🏼

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☕La Piedra de la Locura


Hay quien parece que en lugar de una piedra en su cabeza tenga un castillo entero. Lo peor es que son algunos de los líderes mundiales.

2 comentarios en “☕La Piedra de la Locura”

  1. Estupendo artículo!! Muy de acuerdo contigo en que las enfermedades mentales deben ser consideradas como una enfermedad más y es necesario eliminar tabúes con respecto a ellas. En cuanto a la piedra de la locura, pues muy interesante, la primera imagen que me vino a la cabeza al ver que hablabas de ella fue precisamente la imagen del cuadro del Bosco. Y muy interesante también la figura de Al-Razi, no lo conocía, siempre se aprende contigo! Un abrazo.

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